Entre 15 y 17 equipos de científicos españoles de ciencias biogeofísicas y sociales trabajarán para poner en valor los conocimientos que se tienen sobre nuestro patrimonio natural y evaluar en qué estado se encuentra, cuáles son y serán las consecuencias de los cambios que se han producido en la naturaleza en las últimas décadas y cómo incorporar estos datos a las tomas de decisiones. Pero, sobre todo, lo que el presente proyecto recoge es el mensaje esencial y rompedor de aquella iniciativa que Kofi Annan hizo pública en 2001: «La idea de que el desarrollo tiene un precio, que es la destrucción de los ecosistemas, es una dialéctica falsa. Ya no se trata de conservar 'desde' el desarrollo, o de buscar un equilibrio entre los dos, sino de conservar 'para' el desarrollo», afirma Carlos Montes. «Los beneficios de los ecosistemas determinan el bienestar humano».
Esos beneficios que obtenemos de la naturaleza son incontables y, por lo general, están poco valorados. «Los ecosistemas son invisibles para el mercado, no tienen precio y no compiten igual para los tomadores de decisiones», critica Montes. Sin embargo, son imprescindibles. Están los bosques como sumideros de carbono, los insectos polinizadores, las cuencas como depuradoras naturales, los arrecifes como barreras frente a los huracanes, los ecosistemas en general como fuente de alimentos y medicamentos y los espacios naturales como lugares para la recreación y la espiritualidad. «Hay que mantener el capital natural fuera de los niveles críticos si queremos bienestar», puntualiza el ecólogo. «Si destruimos a los polinizadores, hay que hacer ese trabajo a mano, lo cual no es rentable, y lo que nos hace gratis un río ahora nos cuesta dinero».
En España, según el catedrático, aún estamos a tiempo de volver a establecer esos vínculos con la naturaleza que se han perdido. «Ya no son los tiempos de opulencia del siglo pasado. Son tiempos de escasez, y ésta es una excelente oportunidad para reinventarnos», señala. A su vez, Ana Leiva, directora de la Fundación Biodiversidad, que financia los dos primeros años del proyecto con 208.800 euros anuales, insistió durante la presentación en que «el patrimonio natural es una fuente fundamental de bienestar». Pero es, además, la economía real: los servicios de los ecosistemas suponen tres veces el PIB mundial. «La lucha contra la pobreza quizás tenga que tratar no tanto de dar dinero como de ayudar a esos países a mantener su capital natural», concluye Montes.
Esos beneficios que obtenemos de la naturaleza son incontables y, por lo general, están poco valorados. «Los ecosistemas son invisibles para el mercado, no tienen precio y no compiten igual para los tomadores de decisiones», critica Montes. Sin embargo, son imprescindibles. Están los bosques como sumideros de carbono, los insectos polinizadores, las cuencas como depuradoras naturales, los arrecifes como barreras frente a los huracanes, los ecosistemas en general como fuente de alimentos y medicamentos y los espacios naturales como lugares para la recreación y la espiritualidad. «Hay que mantener el capital natural fuera de los niveles críticos si queremos bienestar», puntualiza el ecólogo. «Si destruimos a los polinizadores, hay que hacer ese trabajo a mano, lo cual no es rentable, y lo que nos hace gratis un río ahora nos cuesta dinero».
En España, según el catedrático, aún estamos a tiempo de volver a establecer esos vínculos con la naturaleza que se han perdido. «Ya no son los tiempos de opulencia del siglo pasado. Son tiempos de escasez, y ésta es una excelente oportunidad para reinventarnos», señala. A su vez, Ana Leiva, directora de la Fundación Biodiversidad, que financia los dos primeros años del proyecto con 208.800 euros anuales, insistió durante la presentación en que «el patrimonio natural es una fuente fundamental de bienestar». Pero es, además, la economía real: los servicios de los ecosistemas suponen tres veces el PIB mundial. «La lucha contra la pobreza quizás tenga que tratar no tanto de dar dinero como de ayudar a esos países a mantener su capital natural», concluye Montes.
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