Agentes forestales que trabajan en la zona afirman que todo comenzó hace un año, cuando apareció un supuesto ejemplar de lobo atropellado en la A-1. Aunque Medio Ambiente no llegó a confirmar este extremo, tanto vecinos como guardabosques comenzaron a avistar a varios lobos puntualmente y recogieron indicios de su presencia.
Madrid fue tierra de lobos, pero desde los años sesenta no se había vuelto a ver a estos animales que han sido perseguidos y casi exterminados.
Tanto la Administración como los biólogos coinciden en que es una buena noticia, y por eso le preparan el camino. Fue el año pasado cuando se decidió repoblar con especies autóctonas, perdices y liebres para que los animales que vengan encuentren un ecosistema perfecto que les permita asentarse cómodamente.
Madrid fue tierra de lobos, pero desde los años sesenta no se había vuelto a ver a estos animales que han sido perseguidos y casi exterminados.
Tanto la Administración como los biólogos coinciden en que es una buena noticia, y por eso le preparan el camino. Fue el año pasado cuando se decidió repoblar con especies autóctonas, perdices y liebres para que los animales que vengan encuentren un ecosistema perfecto que les permita asentarse cómodamente.
Difícil convivencia con los ganaderos
Los que no están tan contentos con la noticia son los ganaderos, que temen los ataques de estos animales. Pero para ellos, la consejería está también preparando una serie de medidas para compensar los posibles daños que puedan sufrir. En otras comunidades como Castilla La Mancha cuando comenzaron los ataques aprobaron una normativa para destinar ayudas a los ganaderos afectados.
Los ganaderos de la zona noroccidental de la península Galicia, León y Asturias son los que más sufren los ataques de los lobos, aunque en Castilla y León también se producen muchos casos, ya que es la Comunidad con más ejemplares.
Una especie en recuperación
El lobo ibérico ha consolidado desde hace varios años su presencia en Castilla y León desde uno de los últimos reductos, en los que pudo sobrevivir a su pasada etapa en peligro de extinción, la sierra de la Culebra de Zamora.
En toda Europa el lobo cuenta con protección plena. Entre Zamora y Galicia, de donde proceden los ejemplares que llegan a Madrid, viven entre 1.500 y 2.000 ejemplares, y es Asturias donde la especie está experimentando un auge más importante, ya que en esta comunidad está prohibida la caza.
Todavía no están asentados
"Sabemos que hay dos grupos pululando entre Segovia, Madrid y Guadalajara que pasan por Somosierra aunque no están asentados. Ni los empleados más viejos del lugar habían visto lobos por aquí. De todas formas, es posible que, en unos años, puedan recolonizar la zona de la sierra del Rincón, el Atazar y Montejo", señalan fuentes del SEPRONA.
No obstante, los biólogos consideran que la región carece de animales salvajes o de pastoreo suficientes y susceptibles de ser depredados por el lobo. Su alimento suele ser corzos o jabalíes, aunque si tiene hambre puede cazar ovejas o vacas. Tampoco es difícil que se habitúe a los recursos del propio hábitat. Así, no es difícil ver merodear a algún lobo por un estercolero o cazar topillos en los últimos tiempos en Castilla y León.
El portavoz de Ecologistas en Acción Teo Oberhuber, ha confirmado que existen movimientos de estos depredadores por la sierra nordeste de la región, aunque no está contabilizado su número, "ante la ausencia de un estudio científico que permita controlar su situación y reproducción".
Por ello, solicita a la Comunidad de Madrid que elabore una normativa específica que contemple medidas de protección de esta especie, para facilitar la conservación y recuperación de su hábitat y "compruebe qué está ocurriendo".
De la misma opinión es el portavoz del Sindicato de Agentes Oficiales de la Comunidad de Madrid (SAFTAM), José Manuel Bermúdez, que insta al Gobierno regional a realizar un estudio para conocer el número de ejemplares que habitan la zona y regular posibles ataques a ganado, tal y como han hecho otras comunidades autónomas.
De momento, el único estudio de situación lo está elaborando en el linde entre Segovia y Madrid el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Museo Nacional de Ciencias Naturales e ingeniero de Montes Fernando Palacios.
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